La recolección de boletas es una invitación a socavar la integridad de las elecciones
Unas elecciones libres y justas son esenciales para una democracia representativa. Establecen las bases para una transición de poder sin problemas y ayudan a mantener la confianza de los votantes en que sus voces son escuchadas. Entonces, ¿por qué Nevada insiste en socavar la percepción de la integridad electoral permitiendo tácticas como la recolección de boletas?
La recolección de boletas implica la recogida y presentación de boletas de voto por correo o en ausencia completadas por un tercero en lugar de por los propios votantes. Por lo general, ocurre en zonas donde puede ser difícil para que los votantes lleguen a los lugares de votación, como comunidades remotas y residencias de ancianos.
La recolección de boletas es popular entre los grupos políticos que quieren aumentar la participación de los votantes para sus candidatos. Los defensores de esta práctica argumentan que promueve la accesibilidad y permite que se escuchen más voces en cada ciclo electoral. A los opositores les preocupa que abra la puerta al fraude electoral.
El año pasado, la Legislatura del Estado de Nevada convirtió lo que se había prometido como una medida temporal y de emergencia en una medida permanente al legalizar la recogida de boletas por parte de voluntarios partidistas. Esto se aprobó junto con una política de enviar por correo a todos los nevadenses una boleta de voto, independientemente de que la hayan solicitado.
Estas nuevas políticas han suscitado una gran preocupación entre quienes se preocupan por la seguridad de las elecciones. A menudo, la recogida de boletas es llevada a cabo por individuos que tienen un interés político en el resultado de las elecciones y que pasarán tiempo sin supervisión con las boletas que están recogiendo.
Cabe señalar que, más allá del peligro obvio que supone la recogida de boletas, tampoco es necesario que el riesgo se produzca. Los que votan por correo o en ausencia no tienen que pagar el franqueo y simplemente tienen que echar las boletas completadas en el correo. Si confiamos en el servicio postal para hacer llegar las boletas a los votantes, ¿no deberíamos confiar en que devuelvan las boletas a los lugares de votación?
Aunque los casos de recolección de boletas que conducen al fraude son poco comunes, la realidad es que es prácticamente una invitación abierta para cualquiera que esté interesado en inclinar la balanza de unas elecciones. Aunque es poco probable que la recolección de boletas afecte a las elecciones nacionales, tiene un mayor potencial para afectar a las elecciones intermedias y municipales, que tienen un número relativamente pequeño de votantes.
La recolección de boletas puede presentar serios riesgos para la seguridad de nuestras elecciones y es una pequeña parte de los peligros más grandes que actualmente enfrenta el sistema electoral de Nevada. Proteger el voto de cada persona es una cuestión no partidista, que debe ser tomada en serio por todos los estadounidenses que creen en el principio de “una persona, un voto”.