
Los nevadenses merecen que el recuento de votos sea rápido y eficaz
El día de las elecciones es uno de los más sagrados del calendario estadounidense. Es un momento en el que todos los ciudadanos, independientemente de su origen o afiliación política, pueden hacer oír su voz. Como dice el dicho, “cada voto cuenta.” Pero, ¿no debería contarse a tiempo cada voto?
En 2020, Nevada atrajo la atención nacional cuando los funcionarios electorales anunciaron que dejarían de poner al día al público sobre el estado de los resultados electorales por casi dos días mientras que detenían la tabulación de los votos. Esto alimentó el fuego de una carrera presidencial ya polémica y acalorada que dejó a la nación envuelta en el desacuerdo.
Aún más preocupante es el hecho de que en las elecciones de 2020, el estado siguió aceptando votos por correo hasta el 10 de noviembre, una semana completa después del día de las elecciones. El problema es más que el hecho de que los votos no fueron contados a tiempo, sino que los votos continuaron siendo aceptados después del día de las elecciones, cuando los resultados ya habían comenzado a llegar.
Aunque eventualmente se contaron los votos, fueron muchos los que afirmaron que las elecciones carecían de transparencia o habían abierto la puerta al fraude, ya que el periodo de recuento se prolongó mucho más allá del día de las elecciones. Esto, junto con otras preocupaciones nacionales sobre la integridad de las elecciones, fue un recordatorio esencial de la importancia de la integridad electoral.
Lo ideal sería que los candidatos perdedores nunca tuvieran motivos para sugerir fraude o cuestionar la integridad de las elecciones. Un aspecto integral para garantizar la percepción de unas elecciones justas y honestas es ver que cada voto se cuente el día de las elecciones.
Permitir que el conteo se extienda mucho más allá del día de las elecciones no solo socava la seguridad de nuestras elecciones, sino también la opinión nacional sobre el funcionamiento de nuestro estado. Tenemos que asegurarnos de que la voz de cada nevadense se escuche el día de las elecciones, no una semana o un mes después. Si este no es el caso, se debe asignar más personal y recursos a este esfuerzo.
Esta cuestión es especialmente atroz si se considera el hecho de que Nevada permite que el conteo de votos por correo comience antes del día de las elecciones. Tenemos la capacidad de evitar que ocurra este problema y, sin embargo, como vimos en 2020, los recuentos tardíos siguen siendo un problema.
En Nevada, se cuenta cada boleta con matasellos hasta el día de las elecciones, pero los votantes tienen casi una semana completa para “curar” – firmar y/o completar correctamente la documentación de la boleta – si no lo hicieron inicialmente. Esta gran ventana crea una enorme oportunidad para la crítica a medida que surge la posibilidad de interferencia electoral.
Estados como Florida exigen que todos sus votos por correo se cuenten antes de las 8:30 p.m. de la noche de las elecciones. Mississippi y Missouri terminan sus recuentos el miércoles al mediodía a más tardar. La tecnología y las normas de votación siguen avanzando, pero Nevada va a la zaga del resto del país con prácticas ineficientes.
Es importante tener en cuenta que en Nevada, cada ciudadano recibe automáticamente una boleta de voto por correo y, gracias a un estatuto aprobado en 2021, existe incluso la posibilidad de votación digital remota. El panorama del voto está cambiando de manera considerable y depende de nosotros asegurarnos que nuestros procedimientos sean sencillos e irreprochables.